Memoria de un lugar

Hasta el 30 de enero, 2026.

ARTISTAS | Eduardo Alonso Rico, Óscar Beade Pereda, Laura Pilar Delgado, Arles Iglesias, Nathalia Lasso, Alva Martín, Javier Martínez Bueno, Merry, Alina Muressan, Anto Rabzas y Guillermo Summers.

COMISARIA | Queca Levenfeld

Memoria de un lugar nace de una pregunta esencial: ¿qué huellas dejamos y qué huellas nos conforman? La exposición propone un recorrido donde cada obra funciona como fragmentos de tiempo que revelan presencia, ausencia o tránsito por un lugar.

Toda persona, todo objeto, todo espacio, incluso aquello aparentemente neutro, lleva adherida una historia que va configurando la nuestra propia.

La exposición invita al espectador a participar en un diálogo plural donde la intimidad de lo cotidiano, la relectura del paisaje o la materialidad del recuerdo, pertenecen a un territorio común donde otras memorias encuentran resonancias.

Eduardo Alonso Rico investiga el territorio del cielo desde su estatus de piloto. En palabras del artista: <<Traduzco mis horas de vuelo en lenguaje plástico que registro como itinerario de mi proceso creativo>>. El cielo como un espacio poético donde la memoria se disuelve y transforma.

Óscar Beade Pereda es un artista visual con los pies muy pegados a la tierra. En sus proyectos plantea el origen y los límites de la metodología clásica del diseño. Sus obras en madera parten del trabajo directo sobre el material sin apenas planteamientos previos que anticipen los resultados. El prototipo es el objeto final. Durante el proceso creativo revisa conceptos como necesidad, función, intuición y deseo.

La práctica artística de Laura Pilar Delgado se encuentra entre de la gráfica y el entorno, entendiendo como gráfica: el dibujo, la huella, la imagen impresa, o incluso, el libro; y el entorno como espacio donde los procesos creativos son transformados en experiencia emocional.  Su trabajo se centra tanto en observar como en hacer.

Arles Iglesias es fotógrafo de formación y sus proyectos artísticos partieron siempre del uso de la imagen fotográfica. En la actualidad ha ampliado su práctica hacia técnicas como la escultura y la instalación, empleando la fotografía principalmente como un medio de registro. Profundiza en conceptos como el dinero y nos invita a reflexionar sobre el consumismo y la lógica capitalista que atraviesa nuestra sociedad.

La artista colombiana Nathalia Lasso explora los conceptos como memoria —tanto individual como colectiva—, identidad y territorio a menudo desde una mirada autorreferencial. El uso de archivo personal y encontrado constituye un eje fundamental de su obra, a través del cual plantea una resignificación de las imágenes al ser re-contextualizadas.

Alva Martín trabaja la memoria material y social de lo tecnológico, desvelando las tensiones entre la imagen, el código y las emociones que se inscriben en nuestras interfaces cotidianas. Sus obras invitan a reflexionar sobre la sostenibilidad, la vigilancia y lo efímero como capas que también habitan un lugar.

El trabajo de Javier Martínez Bueno se ha caracterizado, desde sus inicios, por la creación de pequeñas reconstrucciones escenográficas de carácter minimalista donde explorar la capacidad de la fotografía para transformar lo cotidiano en un universo propio, contenido y preciso.

En la actualidad, Martínez Bueno está llevando a cabo una revisión profunda del medio fotográfico, recuperando el valor documental que la fotografía. Retoma procesos analógicos y reivindica la importancia del objeto fotográfico, convirtiendo cada imagen en una pieza única e irrepetible.

Merry es escultor cerámico y diseñador y su práctica transita entre el arte, el diseño y la creación de

espacios. El material de la arcilla se ha convertido en el principal lenguaje de sus obras. En cada pieza, la intuición, el accidente y el tiempo se convierten en aliados, generando formas que priorizan la presencia sobre la función. De este modo, cada obra se transforma en un lugar donde gesto, memoria y belleza convergen.

Alina Muressan, en su obra convergen la pintura, la ilustración y dibujo para construir un mundo visual tan exuberante y caótico como poético y ocurrente. Sus obras exploran la memoria y nuestro entorno actual para hacer visibles los cambios y el paso del tiempo a través de composiciones ficticias basadas en narrativas reales.

La práctica artística de Anto Rabzas pertenece a la abstracción geométrica.  Desde hace más de diez años sus proyectos artísticos están íntimamente relacionados con la inmersión en el paisaje y derivas que traduce plásticamente en sutiles trazos donde alternan presencia y ausencia.

Las piezas de Guillermo Summers desprenden un aura poética y serena. Imágenes evocadoras que comparten una intención estética centrada en la reducción y la sobriedad. Lo orgánico, la memoria y el concepto de huella (en sentido geológico a la vez que emocional) así como la propia voz de los materiales son el cimiento sobre el que construye un mundo propio el que busca traducir lo vivido en espacio habitado.

Queca Levenfeld

Comisaria de la exposición